Las enfermedades de la civilización se están extendiendo por todo el mundo y cada año se recolectan más y más "cosechas".
Lea hasta el final para obtener la información más útil.
Las enfermedades de la civilización representan más de la mitad de todas las muertes. La mayor parte de esta mitad está ocupada por las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, que afectan cada vez más a personas jóvenes y en actividad profesional. Esto genera altos costos sociales y un deterioro de la calidad de vida de las personas.
A esto se suma el hecho de que una enfermedad contribuye a la aparición de otra. Esto, a su vez, complica el tratamiento y empeora el pronóstico. Por ejemplo, una persona obesa tendrá hipertensión, que es una de las causas de la aterosclerosis, el primer paso hacia un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. Evitar estas enfermedades no es fácil y no todo el mundo tiene éxito.
Causas indirectas de enfermedades de civilizaciones:
● urbanización,
● industrialización,
● contaminación ambiental,
● ruido,
● estrés,
● estilo de vida y malos hábitos.
Aquí están las 7 enfermedades de la civilización más comúnmente diagnosticadas.
1. Hipertensión arterial
Actualmente, una de cada tres personas padece hipertensión y esta enfermedad suele ir acompañada de sobrepeso u obesidad. Y aunque algunas personas creen que esta es una enfermedad menor, ignorarla aumenta significativamente el riesgo de enfermedades del sistema cardiovascular (ataque cardíaco, accidente cerebrovascular). Además, la hipertensión puede conducir al desarrollo de insuficiencia renal y daño vascular retiniano.
Al principio, la hipotensión arterial se desarrolla de forma asintomática. Muy a menudo, la enfermedad se diagnostica cuando hay signos de advertencia como tinnitus, irritabilidad, dificultad para respirar, dolor en el pecho, hemorragias nasales y aumento de la sudoración.
La aparición de hipertensión está muy influenciada por el estilo de vida. Se ha observado que la enfermedad es mucho más común en personas obesas, que fuman cigarrillos, beben alcohol en exceso y también en personas físicamente inactivas. La eliminación de estos factores puede ayudar significativamente a normalizar la presión arterial. La dieta también es muy importante en este sentido.
2. Diabetes
La OMS estima que más de 135 millones de personas padecen diabetes tipo II en todo el mundo, y muchos ni siquiera se dan cuenta de que están sufriendo complicaciones graves.
La diabetes tipo II se diagnostica con mayor frecuencia. Esta enfermedad se caracteriza por una disminución de la sensibilidad de los tejidos corporales a la insulina. Durante muchos años, la resistencia a la insulina puede desarrollarse sin ningún síntoma. El cuerpo envía solo señales sutiles que se subestiman o explican fácilmente por la fatiga. Entonces, ¿qué debería llamar la atención?
Los primeros síntomas de la diabetes tipo II son:
● apetito excesivo,
● pérdida de peso,
● aumento de la sed,
● micción frecuente,
● sentirse cansado,
● somnolencia durante el día,
● discapacidad visual.
Habiendo notado los síntomas anteriores, vale la pena realizar una prueba de azúcar en sangre. Esto debe ser recordado especialmente por personas obesas, que llevan un estilo de vida sedentario, pacientes con hipertensión o colesterol alto.
La diabetes es una enfermedad muy insidiosa que no debe subestimarse. Si no se trata, aparecen muchas complicaciones. Definitivamente, el paciente tiene más probabilidades de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral, y también corre el riesgo de perder la visión. En el caso de la diabetes, la actividad física regular y una nutrición saludable son extremadamente importantes.
3. Obesidad
La obesidad es una de las enfermedades de la civilización más peligrosas. Se sabe que la obesidad contribuye al desarrollo de enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, hipertensión), diabetes tipo II, trastornos del metabolismo lipídico, así como algunos tipos de cáncer. Casi la mitad de los europeos ya tienen sobrepeso. Año tras año, más y más niños y adolescentes corren riesgo.
Hasta hace poco, se culpaba a factores genéticos y ambientales de esta situación. Pero hoy se sabe que la principal causa de obesidad es la reducción de la actividad física combinada con una dieta alta en energía. Llevamos un estilo de vida sedentario, es más probable que viajemos en coche incluso en distancias cortas, tenemos malos hábitos alimenticios: picar entre horas, comer antes de dormir y nos encanta la comida rápida.
El consumo de alimentos en sí ha cambiado ahora su función. Ya no se trata solo de proporcionar al cuerpo energía para mantener la vida, comemos por placer. Muchos alimentos ricos en azúcar están fácilmente disponibles para el público, los bocadillos azucarados acompañan a la familia y las amistades, y los chocolates, las barras y los picatostes ayudan a mejorar el estado de ánimo.
Por tanto, no es de extrañar que la obesidad se considere una de las enfermedades más peligrosas del mundo moderno. Con toda probabilidad, aumenta el riesgo de múltiples problemas de salud y aumenta la mortalidad general.
La obesidad también afecta nuestra salud mental. Las personas con sobrepeso son percibidas como menos atractivas y menos inteligentes. Esto a menudo conduce al rechazo social, lo que genera serios complejos, especialmente para los niños y adolescentes.
4. Infarto de miocardio
La enfermedad de las arterias coronarias, que causa una gran pérdida de vidas cada año, se puede prevenir hasta cierto punto. El desarrollo de la enfermedad está influenciado por muchos malos hábitos que se han convertido en parte integral de nuestra vida. En este sentido, es muy importante incrementar la actividad física, luchar contra las adicciones (dejar de fumar, dejar el alcohol) y comer bien (limitar la ingesta de sal, grasas, aumentar la ingesta de fibra, verduras, frutas y pescado, proporcionando Omega 3).
El riesgo de ataque cardíaco es mucho mayor en personas con hipertensión, diabetes y fumadores. La enfermedad de las arterias coronarias afecta a los hombres con más frecuencia que a las mujeres, pero las mujeres tienen menos probabilidades de recuperarse. La incidencia de la enfermedad se ve agravada por el hecho de que muchos pacientes ignoran señales alarmantes, por ejemplo, dificultad para respirar, problemas para dormir, ansiedad, dolor en uno o ambos brazos, espalda.
5. Carrera
Un derrame cerebral ya ha sido reconocido como una de las enfermedades de la civilización hace varios años. Es la tercera causa de muerte en todo el mundo después de las enfermedades coronarias y el cáncer. Las personas que han sufrido un derrame cerebral están discapacitadas, siguen estando discapacitadas.
Y en este caso, la hipertensión arterial es de gran importancia. A menudo, es esta enfermedad la que contribuye a la aparición de un accidente cerebrovascular.
Por lo tanto, la prevención del accidente cerebrovascular se trata principalmente de cambios en el estilo de vida: pérdida de peso, ejercicio regular, diabetes y tratamiento de enfermedades cardiovasculares.
6. Alergias
Si bien es difícil de creer, actualmente hasta el 40% de las personas padecen alergias. La alergia es una reacción aumentada o perversa del cuerpo a cualquier alérgeno. La mayoría de las veces se trata de polen de árboles, arbustos, pastos, esporas de moho, caspa o caspa de animales, hongos, gérmenes, alimentos, aditivos alimentarios, cosméticos, productos de limpieza y medicamentos.
Los expertos no temen afirmar sobre este fenómeno en la historia de la humanidad de la siguiente manera: no existen enfermedades crónicas que aumenten su escala de manera tan dramática como las alergias. Año tras año, el número de pacientes que visitan a los médicos con síntomas de alergia aumenta constantemente. La enfermedad se diagnostica incluso en personas mayores que no han tenido estos problemas de salud antes.
7. Enfermedad mental (neurosis, depresión, alcoholismo)
Casi el 40% de la población europea padece diversos trastornos mentales. Durante las últimas dos décadas, el número de personas diagnosticadas con enfermedades mentales se ha duplicado y el número de suicidios se ha multiplicado por varias.
La vida en el siglo XXI está sometida a un estrés constante. Lidiar con problemas en el ámbito profesional y privado es cada vez peor. Especialmente la vida en las grandes ciudades es muy agresiva. La gente debe competir por su lugar en la sociedad. Esto crea miedo, ansiedad y frustración constantes, que se vuelven más difíciles de manejar.
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