Muchos ucranianos continúan usando lejía para desinfectar.
Cuando escuchamos el olor a lejía, involuntariamente recordamos pureza y desinfección.
Durante una pandemia, esto es especialmente importante, y el cloro es realmente capaz de matar bacterias y virus. Entonces, ¿por qué los médicos desaconsejan el uso de este remedio en casa?
Según el terapeuta y toxicólogo Alexei Vodovozov, el problema con la lejía es que no solo limpia las superficies, sino que también socava la salud humana.
La lejía es un desinfectante potente y tóxico. Trabajan con ella con una máscara protectora que no deja pasar los vapores venenosos y guantes. De lo contrario, puede sufrir quemaduras químicas en la piel y envenenamiento con consecuencias muy graves.Además, al limpiar con lejía, el propietario y todas las personas que viven en un apartamento o casa deben dar un paseo, hasta que desaparezcan los vapores venenosos, lo cual es imposible ahora, durante el período de autoaislamiento debido al brote coronavirus.
Los productos a base de alcohol son una buena alternativa. Los desinfectantes domésticos deben ser menos peligrosos que la lejía que se usa en las instalaciones industriales o clínicas.
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