El consumo de grandes cantidades de carne roja y productos cárnicos elaborados puede reducir la calidad de vida.
Tales conclusiones fueron hechas por científicos estadounidenses que analizaron la condición de hombres y mujeres de 50 a 71 años, que tenían diferentes hábitos alimenticios. Se pudo demostrar que la carne roja contiene más sustancias nocivas, por ejemplo, carcinógenos (provocan cáncer).
Además, la carne frita sigue siendo la principal fuente de grasas saturadas, que en grandes cantidades interfiere con el funcionamiento normal de los intestinos.
Finalmente, el consumo regular de carnes rojas y embutidos puede aumentar significativamente la presión arterial.Tenga en cuenta que la carne roja incluye cerdo, ternera, cordero y la carne blanca es pollo y otras aves.
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