Además, el pomelo normaliza la presión arterial, mejora la circulación sanguínea y reduce el riesgo de aterosclerosis y ataque cardíaco. El uso de pomelo reduce los niveles de colesterol, previene la formación de placa en las paredes de los vasos sanguíneos. El pomelo también se prescribe para prevenir la anemia, porque la vitamina C promueve la absorción de hierro.
La vitamina C en esta fruta mejora la salud de las encías, promueve la salud dental y ayuda en la producción de colágeno.
Hay mucha fibra en el pomelo, que ayuda a establecer la función intestinal y normaliza la microflora, protege el sistema genitourinario de infecciones.
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