Lata. Esto suele suceder con las mujeres mayores. En la mayoría de los casos, esto requiere una tos prolongada.
Dicha tos ocurre después de algún tipo de infección o con bronquitis crónica, o debido al reflujo de ácido del estómago, o por el drenaje de mocos de la nariz.
La mitad de las personas con costillas rotas por tos tenían dos o más de estas razones a la vez. Las víctimas dijeron que en algún momento tosieron tanto que tuvieron un dolor agudo en el costado.
Las tías mayores de 50 años con baja densidad mineral ósea son las que más riesgo corren.
Cuando las víctimas se quejaban con un médico, generalmente se les diagnosticaba miositis, mialgia, neuralgia intercostal o síndrome de dolor miofascial.
De hecho, sus costillas estaban rotas. La mayoría de las veces ocurre con 5 a 7 pares de costillas. El dolor agudo aparece en el lado debajo de la axila, y esta fractura suele ser muy poco visible en una radiografía. A veces era necesario no solo hacer una tomografía computarizada, sino incluso una exploración de radioisótopos.
Allí, a veces se rompe un hueso como el de un niño. Como una grieta dentro del hueso. Desde fuera es casi imperceptible.
Sucedió que las tías se quejaban tanto que era muy parecido a la angina de pecho. A estas víctimas se les hizo girar en una bicicleta para provocar cambios en el electrocardiograma. Por supuesto, no encontraron nada, pero solo alborotaron aún más las costillas doloridas con la actividad física.
De hecho, cualquier persona puede sufrir una fractura de costilla debido al esfuerzo físico. Ni siquiera necesita tener osteoporosis para hacer esto. Las fracturas de las costillas en invierno por tos coexisten con las fracturas de las costillas en los deportistas de remo.
Las costillas se rompen cuando el hueso se carga durante mucho tiempo en una dirección. La arquitectura del hueso se reconstruye gradualmente y luego se agrieta. Bueno, es como intentar romper un trozo de alambre. ¿Lo has probado? Debe doblarse y desenrollarse muchas veces, y luego el cable se romperá.
Así que los remeros en invierno entrenan no en barcos, sino en simuladores. Reman y reman y reman allí durante horas y terminan rompiéndose las costillas.
Qué historia tan triste. ¿Todavía te duele el costado?