Las células cancerosas aparecen en todos los organismos. Afortunadamente, nuestro sistema inmunológico puede lidiar con ellos fácilmente. Pero esto solo sucede hasta cierto tiempo.
Lea hasta el final para obtener la información más útil.
Para evitar posibles complicaciones y minimizar el riesgo de cáncer, muchas personas agregan activamente antioxidantes a sus dietas. Sin embargo, ¿vale la pena agregarlos? En lugar de intentar escapar con un antídoto, sería mucho más prudente no ingerir el veneno en absoluto, especialmente considerando cómo conduce a la oxidación.
Entonces, ¿qué venenos se consumen con mayor frecuencia? Algunos de los evitables son, por supuesto, los aceites vegetales, los alimentos procesados, el alcohol y, lo peor de todo, el azúcar.
¿Sabías que solo 1 cucharadita de azúcar contribuye a la aparición de células cancerosas durante las próximas 7 horas? Piénselo: comer solo una cucharadita pequeña de azúcar lo hace más susceptible a desarrollar cáncer en las próximas 7 horas. Como sabe, la mayoría de las personas consumen un promedio de 17 a 20 cucharaditas de azúcar al día.
El azúcar no solo inhibe el sistema inmunológico, sino que también alimenta a las células cancerosas. Las células cancerosas metabolizan el azúcar de 40 a 50 veces más eficientemente que las células normales del cuerpo. El cáncer literalmente consume glucosa como loco y se desarrolla en ella. Por ejemplo, un pólipo de colon canceroso consumirá azúcar de una bebida azucarada antes de que el azúcar entre al torrente sanguíneo. Además, los cánceres a base de azúcar son más resistentes a la quimioterapia y la radioterapia. Por el contrario, el cáncer que se presenta sin la participación del azúcar requiere una dosis mucho menor de quimioterapia y radioterapia para su tratamiento.
¿Es mejor el azúcar "natural"?
Esta es la misma pregunta que "¿Es mejor el veneno natural que el artificial?" Por supuesto no. El veneno es veneno, por "natural" que sea. Al cuerpo no le importa de dónde proviene el azúcar. Reacciona a él de la misma manera que al veneno. No existe tal definición como forma saludable de azúcar. Todo es veneno. Y en lugar de tomarlo y luego tratar de compensarlo con antioxidantes costosos y a menudo cuestionables, es mucho mejor no tomarlos en absoluto.
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