Idil había estado esperando una propuesta de matrimonio de Namyk durante mucho tiempo. Pero Namyk no tenía prisa por sellar su matrimonio con su secretaria. E incluso la noticia de su embarazo no empujó a Namyk a dar un paso tan importante. Desesperada, la mujer se deshizo del niño, ocultando esta cruda verdad a su amado. Y durante este período, Namyk ofrece a Idil para casarse.
Idil estaba feliz. Ella se convertirá en la esposa legal del propio Namyk Emirkhan y en la dueña de la mansión. Pero dos cosas le impidieron disfrutar plenamente de su felicidad femenina. Idil no sabía cómo decirle a Namyk que el niño ya no existía. Y no sabía cómo deshacerse de Yeter, a quien Namyk defendía con tanta fiereza.
Idil decide caer por las escaleras y culpar a Yeter por esto.
Namyk, al enterarse de que su amada tuvo un aborto espontáneo y que su ex amante era culpable de esto, decidió ahuyentar a Yeter. Es cierto que después de un tiempo, la volvió a llevar a su casa.
Yeter entendió que si Idil se cayó accidentalmente por las escaleras y lo convirtió en una oportunidad, entonces está claro que decidió deshacerse de ella de esta manera. ¿Y si Idil se cayera por alguna razón? ¿Cómo podía una mujer arriesgar así a su hijo?
Yeter decidió investigar este problema y acudió al médico tratante Idil. Con un poco de presión sobre el médico, Yeter se enteró de la verdad. Idil hace dos meses, se deshizo del niño. Las confesiones del médico, Yeter grabó en el teléfono.
Ahora Yeter tenía buena suciedad sobre su rival, que se apresuró a compartir con ella. Idil entendió que Namyk no la perdonaría por esta mentira y decidió encontrar una manera de silenciar a Yeter.
Idil notó que su rival comenzaba a salir de casa con frecuencia. Idil decide seguir a Yeter. Y cuando volvió a salir en taxi, Idil la siguió.
Idil se enteró de que Yeter se estaba reuniendo con Azad Dagestan y vio a un anciano besando a Yeter en la mejilla con temor y apretando su mano en la suya.
Idil decidió que un nuevo amor inundó a Yeter.
Idil fue a la habitación de Yeter y le contó lo que sabía sobre las reuniones con Azad. Idil, burlonamente, invitó al hombre a que viniera a la casa con dulces y flores para pedirle la mano a Yeter. Idil esperaba que Yeter tuviera miedo, pero la mujer estaba cansada de tener miedo. Agarrando a Idil por el pelo, la empujó fuera de su habitación.
Idil estaba indignado. Ahora estaba pensando en la mejor manera de presentar esta verdad a Namyk.