Hombres jóvenes y todavía activos, que han fumado durante mucho tiempo y se han ganado la bronquitis crónica de un fumador, me exigen encarecidamente una explicación.
No les gusta la perspectiva de sufrir una embolia pulmonar en su edad de floración. Existe la sospecha de que los estoy engañando para disuadir a los hombres de fumar de una manera tan mezquina.
Chicos, fumar o no fumar es asunto suyo. Aquí consideramos la situación cuando las personas con bronquitis crónica fueron ingresadas en el hospital con una exacerbación. De lo contrario, ¿cómo encontrarían este tromboembolismo? Para diagnosticar la tromboembolia, se necesitan tomógrafos y escáneres modernos y costosos.
Aquí estamos hablando de personas que no solo han fumado durante mucho tiempo, sino que ya han logrado convertir su bronquitis crónica en una enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Lleva décadas.
Esta enfermedad se llama obstructiva porque siempre causa dificultad para respirar. Más o menos, pero siempre.
Entonces, si ocurre una exacerbación, los bronquios enfermos se hinchan, se llenan de esputo purulento viscoso y restringen aún más el flujo de oxígeno. Esta gente no solo tose. Se congelan y jadean en busca de aire. Debido a la inmovilidad, su sangre se estanca en las piernas y aumenta el riesgo de tromboembolismo.
Es decir, se forma un coágulo de sangre en las piernas y luego vuela hacia los pulmones. Resulta que el aire no llega a los pulmones a causa de la bronquitis, y tampoco llega la sangre que podría recoger estos lamentables remanentes de oxígeno. Doble alegría.
Un factor de riesgo adicional de tromboembolismo es la edad. Y las exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que requieren hospitalización, son solo en personas mayores. Es decir, para enfermarse con dificultad para respirar, era necesario cultivar esta bronquitis durante 20 años.
¿Convencido?
