Habiendo ganado poder sobre el harén, Makhidevran, en virtud de su mente estrecha, comenzó a derrochar el dinero del harén para sus necesidades y las necesidades de Mustafa. Ella obsequió a las criadas con ricas telas y Mustafa compró platos con filigrana de oro en Manisa.
Tal desperdicio no podía pasar desapercibido, y para ocultar sus gastos, Makhidevran comete otro error irreparable: toma prestado de una adinerada judía Raquel: Khatun. Al mismo tiempo, ni siquiera se imagina cómo saldará la deuda.
Pero Raquel-Khatun, al no recibir la deuda reembolsada a tiempo, amenazó a Makhidevran con decirle todo al tesorero principal del harén.
Enfurecido, Makhidevran expulsa a la judía del palacio, pero solo antes de salir del palacio, Raquel-Khatun logró contarle todo a Gulfem.
Gulfem, al darse cuenta de la gravedad de la situación, va a hablar con Makhidevran, pero la dama, segura de que Ibrahim la ayudará en este asunto, es grosera con Gulf y la ahuyenta.
Las pasiones en el harén no disminuyen, y luego intentan asesinar a Gulf, y Mahidevran es acusado de esto.
Suleiman, al enterarse de lo sucedido, va al hospital de Gulfem, donde le cuenta al soberano sobre la enorme deuda y el atentado contra la vida del que sospecha Mahidevran.
El sultán que llama a Mahidevran a sus aposentos, le informa que él le dio la oportunidad de corregir sus errores, pero ella no aprovechó esta oportunidad, por lo que la destituye de su puesto.
Makhidevran abandona las cámaras del soberano y se encuentra con Ibrahim, donde le pide ayuda. Sin embargo, el propio Ibrahim tiene grandes problemas.
Hatice se enteró de su traición y del embarazo de Nigar. Ahora él mismo puede perderlo todo y no tiene tiempo para los problemas de la amante, quien es la culpable de sus problemas.
En un momento, no sólo la situación, sino también las vidas de Ibrahim y Makhidevran "penden de un hilo" y todo esto se organiza, no sin la ayuda de Khyurrem.
Al ver esta historia, se sorprende de la astucia y destreza de esta mujer. Realmente fue capaz de destruir a todos sus enemigos y lograr lo que quería. Verdad a qué precio...