Mihrimah, como cualquier jovencita, soñaba con un amor puro y hermoso. Pero la sultana no tuvo derecho a elegir, y Khyurrem Sultan, siguiendo un plan político, casa a su hija con Rustem-Pasha.
El matrimonio con Rustem pesó a la sultana, pero al principio su madre no le permitió divorciarse de él, y luego el apoyo de Rustem Bayazid.
Al enterarse de que Rustem había traicionado a su hermano, Mihrimakh atacó al bajá, acusándolo de traición:
- Durante muchos años soñé con deshacerme de ti, pero siempre alguien se entrometía. Eres la cadena en mis brazos, la joroba en mi espalda. Clavaste tu sello como una daga en la espalda de mi hermano. Siempre soñé con deshacerme de ti, pero siempre había alguien en el camino. Pero ahora me divorcio de ti.
Mihrimah fue a la cámara del gobernante con una solicitud para dar permiso para divorciarse de Rustem. Pero la padishah decidió que Mihrimah estaba enojada con su esposo por Bayazid, y dijo que Rustem no podía hacer otra cosa, que estaba siguiendo mi orden. Divorciate de él, no te lo permitiré.
Ya en su palacio, Mihrimakh le dijo al bajá que encontraría la manera de deshacerse de él, y en adelante para que él no se acercara a ella ni un solo paso y no se atreviera a tocarla ni siquiera con un dedo.
A lo que Rustem respondió:
- ¿Y de dónde sacaste la idea de que te necesito, Mihrimah? ¡Simplemente no me importas! Olvidaste que enterré mi amor por ti hace mucho tiempo.
Mihrimah no iba a perdonar la traición de Pasha y su desprecio por sí misma, por lo tanto, al enterarse de que Bayazid había permitido que Atmaja vengara a Mustafa, lo ayudó con mucho gusto.
Atmaja ha estado esperando una oportunidad durante mucho tiempo y finalmente ha llegado la hora del ajuste de cuentas. Atmaja está cumpliendo con su deber, vengando a Mustafa, aunque a costa de su vida.
Mihrimah se deshizo de la joroba de su espalda, pero también perdió el poder que tenía Rustem Pasha.