El nombre "champán" o "vino espumoso" por sí solo establece un tono festivo.
El champán mejora la digestión
El vino espumoso promueve la secreción de ácido clorhídrico en el estómago, lo que significa que ayuda a digerir los alimentos más rápido. Sin embargo, si bebe champán con el estómago vacío, puede enfrentar acidez estomacal y exacerbación de la gastritis. Por eso es mejor comer algo antes del primer vaso. Recuerde que las personas con úlceras de estómago no deben beber champán, para no agravar la enfermedad.
Reduce los niveles de colesterol en sangre
El vino espumoso, como cualquier otro vino, previene la formación de "placas" de colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos. Es cierto que el champán no protege el sistema cardiovascular en su conjunto de los efectos nocivos del alcohol.Ayuda a suministrar oxígeno a las células
Debido al hecho de que el champán se expande y limpia los vasos sanguíneos, el oxígeno ingresa más activamente a varias células del cuerpo, incluido el cerebro. Las células oxigenadas te hacen sentir mejor y tu cerebro trabaja más duro.
Reduce la presión arterial
En pequeñas dosis, el vino espumoso ayuda a bajar la presión arterial, pero si no te limitas a una copa, el efecto será exactamente el contrario.
Deja la piel sana y radiante
El champán natural es rico en antioxidantes que tienen un efecto beneficioso sobre el aspecto de tu piel. También ayudan a las defensas del cuerpo a resistir los virus.Ayuda a los músculos a recuperarse
El vino espumoso contiene mucho magnesio, que ayuda a los músculos a recuperarse de un esfuerzo intenso. Gracias a esta propiedad, incluso los atletas pueden beber champán. Con moderación, por supuesto. Vale la pena recordar que el vino espumoso contiene mucha azúcar y calorías vacías, por lo que debes controlar estrictamente su uso si estás a dieta. Además, el champán aumenta el apetito y aumenta el riesgo de comer en exceso.
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