Una nutrición adecuada no es tan terrible como la obligación y la prohibición estricta de cualquier cosa "dañina".
1. Priorizar el beneficio sobre el sabor
Cómo no es necesario: cambiamos salchichas por filete de pollo hervido, postres por manzanas y pasta por trigo sarraceno sin mantequilla. Y estamos intentando convencer a la familia de que lo principal es el beneficio. Y el sabor se puede tolerar.
Cómo hacerlo: a la gente le encanta la comida dañina porque es sabrosa y no porque sea dañina. Por lo tanto, la comida sana debe hacerse sabrosa en primer lugar. Pruebe nuevas recetas, combinaciones inusuales, especias, salsas caseras.
2. Lee la notación
Cómo no hacerlo: regañamos a cada miembro de la familia por el deseo de comer Olivier con mayonesa y tomar té con dulces, leemos regularmente las conferencias "Azúcar - muerte blanca", "Sal Nos matan ”,“ Los carbohidratos son nuestros enemigos ”, no les damos dinero de bolsillo a los niños para que ellos, Dios no lo quiera, no compren nada, olfateamos familiares, alguien huele salchicha.
La forma correcta: apuesta por lo positivo. Hable sobre las buenas propiedades de los productos ofrecidos, cómo tienen un efecto positivo en la salud, abastecerse de datos interesantes e insértelos en su lugar. Pero es necesario regañar menos a los productos dañinos: "la fruta prohibida es dulce".
3. Hazlo absurdo
Cómo no: hacemos una idea fanática de una nutrición adecuada. No visitamos a personas que comen salchichas y beben jugos envasados. Enseñamos un estilo de vida saludable a todos los amigos y extraños. Tiramos el pastel que trajo la abuela, ¡también hay harina y azúcar! Prohibimos al niño comer todo lo dulce y dañino en la fiesta infantil, le regalamos un plátano con nosotros.
Cómo debería ser: cuanto más estrictas son las restricciones, mayor es el riesgo de quebrantamiento y más tenso el ambiente en la familia. Deje que comer la comida adecuada sea una elección voluntaria y con cierta indulgencia durante las vacaciones.4. Ser inconsistente
Cómo no es necesario: todos los lunes ponemos a la familia a dieta, todos los martes, nosotros mismos rompemos con ella. Prohibimos que el niño coma chocolate y nosotros mismos comemos al amparo de la noche. Damos una conferencia sobre los peligros del azúcar y el fin de semana nos vamos a casa con un pastel.
La forma correcta: Actúe con calma y coherencia. Si decide no comprar dulces comprados en la tienda, no lo haga nunca: ni de mal humor, ni de vacaciones. Permitamos, por ejemplo, los dulces caseros. En ellos, tienes un control total sobre la cantidad de lo que agregas, la cantidad de azúcar o fruta que hay. Se pueden cocinar con toda la familia y pasar un buen rato.
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