Los leucocitos suelen ingerir microbios y digerirlos. Esto es lo primero que hacen.
Luego, los leucocitos pueden verter química cáustica a su alrededor, lo que escaldará la infección. En este caso, nuestras células nativas también son atacadas. Esta química también les duele.
Y ahora resulta que los leucocitos tienen una tercera forma de luchar contra todo tipo de espíritus malignos. Se llama "netoz". O en inglés NETosis (trampas extracelulares de neutrófilos), que se traduce como "trampas de neutrófilos".
En la historia sobre hormonas y leucocitos, ya hemos hablado muerte programada de leucocitos. La netosis también es un tipo de muerte leucocitaria que nuestro cuerpo necesita.
Supongamos que en una lucha desigual contra los microbios, nuestros leucocitos fueron devorados por enemigos, dispararon todas las municiones de químicos venenosos y murieron. Pero al final, los leucocitos expulsan de sí mismos una red trampa, que consta de ADN y varios aditivos.
Es decir, en algún momento, el leucocito toma sus propios cromosomas, los procesa con enzimas especiales y los cromosomas se desenrollan como bolas de hilo.
A partir de las cosas compactas en forma de X que vimos en los libros de texto escolares, los cromosomas se convierten en una maraña desordenada de hebras de ADN. Toda esta economía se hincha, crece, destruye el núcleo del leucocito, rompe su membrana y se cae.
Está claro que el leucocito está muriendo a causa de esto, pero todo lo que lo rodea estará colgado de racimos de hebras de ADN mezcladas con diferentes proteínas y enzimas.
Para los microbios, es como un campo minado. Las bacterias y los hongos se enredan en tales trampas, varias proteínas y enzimas escaldan químicamente los microbios, y resulta que los leucocitos, incluso después de la muerte, pueden contener la infección.
En las trampas de neutrófilos, no solo se enreda todo, sino también los plasmodios de la malaria, que son animales unicelulares bastante grandes en sí mismos.
También es muy importante que dicha red con enzimas y proteínas no se extienda en todas direcciones y no dañe nuestras propias células. Esta trampa colgará en su lugar durante mucho tiempo, atrapará a los invitados no invitados y los escaldará con química.
Además de la netosis suicida, los leucocitos tienen otra variante de una intravital. Es decir, no explotan, sino que con mucho cuidado eructan burbujas de su ADN.
Al mismo tiempo, los propios leucocitos se convierten en muertos vivientes, que retienen la capacidad de nadar y comerse a los enemigos. Como un zombi.
La netosis se refiere a la llamada inmunidad innata. Es brutal y estúpido. Las trampas de neutrófilos son poderosas, pero si esparce su propio ADN a su alrededor, existe la posibilidad de que nuestros propios anticuerpos se desarrollen en él. Entonces, la lucha contra la infección puede terminar con una enfermedad autoinmune.
Estas son las pasiones que los científicos vieron a través de microscopios.