Schmorl era un médico alemán. Hace unos 100 años, estudió los discos intervertebrales herniados, que no eran similares a las hernias a las que estamos acostumbrados.
Bueno, es decir, estamos acostumbrados al hecho de que las hernias intervertebrales sobresalen entre las vértebras y aprietan los nervios próximos a estas vértebras.
No es así con la hernia de Schmorl. No trepa entre las vértebras, sino que penetra la vértebra misma.
Imagine que una hernia de disco normal se parece a una semilla de sandía, que exprimimos con dos dedos y la semilla se va volando. Los dedos son las vértebras y la semilla es parte del núcleo gelatinoso del disco intervertebral.
La hernia de Schmorl ocurre cuando los dedos aprietan la semilla, pero no sale volando, sino que se adhiere al dedo. Este es un mal ejemplo. Parece que la hernia de Schmorl es más dolorosa que una hernia normal. Pero, de hecho, ocurre lo contrario.
Se dice que las hernias de Schmorl se pueden encontrar en aproximadamente el 70% de todas las personas.
Las hernias de Schmorl son más frecuentes en las últimas vértebras torácicas. Es decir, un poco más alto de lo que solemos esperar una hernia.
Nadie sabe exactamente por qué aparecen las hernias de Schmorl. Se cree que parte del cartílago del disco intervertebral, en lugar de contentarse con una escasa nutrición de la humedad circundante, comienza a adherirse a los vasos sanguíneos del interior de la vértebra. La vértebra amablemente hace brotar un vaso sanguíneo dentro del disco cartilaginoso y, por lo tanto, abre una puerta a través de la cual se rompe un disco ingrato. Esto es similar a los divertículos en el intestino. También se arrastran por los puntos débiles de la pared intestinal alrededor de los vasos sanguíneos.
Algunos científicos creen que las vértebras son las culpables. Como si se enfermaran, se desmoronaran y los discos intervertebrales desprevenidos cayeran en la vértebra como un agujero de gusano.
También dicen que estas hernias se forman muy temprano, tal vez incluso en el útero. Porque la mayoría de las veces se adhieren a la parte inferior de las vértebras. Se sabe que en los bebés es la parte inferior de las vértebras la que es débil a este respecto.
Pero no es el punto. Lo principal es que, por lo general, la hernia de Schmorl no duele. Si, por supuesto, se esfuerza mucho, la vértebra se desmoronará. Pero este ya es el caso más extremo.
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