Cómo inculcar a tu hijo el amor por el deporte si el ejemplo personal no funciona

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A menudo decimos que el ejemplo personal juega un papel clave en la crianza de los hijos. Pero, ¿y si el niño no quiere hacer deporte, ni siquiera siguiendo el ejemplo de sus padres?

Todos los padres quieren de una forma u otra inculcar en su hijo el amor por Deportes: esto es un pasatiempo, salud, actividad, socialización, nuevas habilidades. Pero incluso para los padres que practican deportes, es posible que el niño no quiera ir a la sección de deportes. ¿Por qué sucede esto y qué hacer?

1. No se tienen en cuenta los deseos del niño.

Si llevaste al niño a la sección de deportes, compraste equipo y después de un par de clases comenzó a lloriquear que ya no quiere caminar, entonces, por supuesto, el primer deseo es hacerlo seguir caminando. Quizás se acostumbre. La lógica de los padres es comprensible, pero no coincide con los intereses del niño.

¿Qué hacer? No se apresure a comprar equipo costoso para su hijo hasta que esté seguro de que será útil. Pruebe nuevas secciones, tome descansos, ofrezca opciones, regístrese en una sección donde vaya alguien familiar para el niño.

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2. El entrenador no encaja

Los niños no siempre pueden distinguir entre la aversión por los deportes y la aversión por un entrenador en particular. Puede que simplemente no tenga una relación con un mentor, pero se expresa como "Ya no quiero practicar deportes".

¿Qué hacer? Busca un coach basado en valoraciones, y en concreto en la calidad humana, y no en el éxito profesional. Si no crías a un campeón olímpico, déjalo practicar deportes de forma amateur, pero con placer.

3. El niño está sobrecargado

Incluso la motivación puede ser excesiva. Los padres intentan alentar al niño a lograr, a estar activo, a moverse, a aprender, se esfuerzan por desarrollarse constantemente, agitarse, pero a veces se olvidan de dejarlo solo.

Las altas expectativas ejercen presión sobre el niño, él siente que constantemente "debería" y rápidamente comienza a resistirse. Entonces el deporte ya no es un placer, porque se asocia a padres "hiperactivos".

¿Qué hacer? Dele tiempo a su hijo para que lo desperdicie. Que no haga nada, no conquiste picos, no haga descubrimientos. Descansará de la presión de los padres y comenzará a moverse en la dirección correcta.

4. El niño es criticado

El padre debe ser un apasionado del deporte en el que se dedica, convertirse en una guía para el niño en este mundo, pero no imponerse a su costa, no criticar si el niño no tiene éxito en algo. Sí, tú puedes, pero él no. Pero está aprendiendo y tratando. Es solo un niño, y solo un deporte. Y no hay razón para socavar la confianza del niño en los padres.

Si un niño no es reprimido, humillado o forzado, entonces no tendrá motivos para rebelarse y negarse a practicar deportes.

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